José Mourinho vuelve a enfadarse con los árbitros. Durante el Roma-Verona de ayer, que los giallorossi empataron a dos gracias a los tantos de los jóvenes Volpato y Bove, el técnico protestó varias veces con el colegiado Luca Pairetto. El exmadridista, tras varios momentos de tensión, le hizo el gesto del teléfono al trencilla, que le expulsó. La tarjeta roja enfadó todavía más al portugués, que se acercó amenazante al árbitro y tuvo que ser parado por sus colaboradores. Antes de dejar el campo, eso sí, saludó con respeto a Igor Tudor, técnico del Verona, aunque antes acusara a sus jugadores de perder demasiado tiempo, principal razón de sus protestas.