Junto con Leo Messi, Sergio Ramos, Gianluigi Donnarumma y Achraf Hakimi, el pasado verano llegó al Paris Saint-Germain, como agente libre, Giorginio Wijnaldum. El centrocampista neerlandés, a sus 31 años, venía de ser una pieza clave en el Liverpool de Jürgen Klopp. Campeón de todo con los Reds, la incorporación del internacional con Países Bajos era un fichaje maestro de la directiva parisina que, tras invertir una gran cantidad de millones en el resto de traspasos, se hacía con los servicios de un jugador en la plenitud de su carrera deseado por media Europa. Sin embargo, y a pesar de que ya suma 27 partidos con la camiseta del PSG este curso –16 como titular–, sus inicios en el fútbol francés no fueron ni los esperados por el club ni los deseados por el jugador. «Estaba un poco decepcionado por cómo iban las cosas al principio de la temporada a nivel personal. En esa época mucha gente pensaba que no estaba contento en el club, cuando sí lo estaba», ha afirmado Wijnaldum en una entrevista para la revista oficial del club.