Desde Italia, todas las miradas se dirigen hacia Francia. Después de la victoria de Jai Hindley en el Giro, el Tour de Francia, que arrancará el próximo 1 de julio, ya asoma la cabeza. Hasta entonces, todos los esfuerzos comparten objetivo: llegar en el mejor estado de forma posible a la gran vuelta francesa. Algunos equipos optan por Suiza; otros, como Tadej Pogacar, por las vueltas nacionales; buena parte de los nombres importantes del pelotón, por el Critèrium del Dauphiné. En tierras francesas, en la región Auvernia-Ródano-Alpes, adelantando trabajo, ya está el Jumbo, con un elenco imponente y con la misión en el horizonte de, con su potencial colectivo, neutralizar al omnipotente Pogi. «El primer objetivo es volver a competir», decía Primoz Roglic antes de empezar la etapa. «Ha sido difícil remontar, pero lo he conseguido», su compañero Wout Van Aert, que no rodaba oficialmente desde la Lieja-Bastoña-Lieja, el pasado 24 de abril, y que se exhibió en el esprint final ante Ethan Hayter (Ineos).