fue número tres del mundo en 2018. Había ganado cuatro años antes el US Open y en 2017 fue finalista en Wimbledon. Alcanzó el podio en el ranking aquella temporada tras ser subcampeón en Australia (le ganó Federer). Pero en julio sufrió una lesión de aductores y ya no volvió el mismo. Bajó hasta el puesto 49 y el año pasado asomó la cabeza con un título en Stuttgart y San Petersburgo. Este miércoles confirmó su retorno a la élite al clasificarse para las semifinales para las semifinales de, con un triunfo en cinco sets, el último resuelto en el superdesempate (5-7, 6-3, 6-4, 3-6 y 7-6 (2) en 4h10) ante Andrey Rublev. El viernes buscará una plaza en el partido por el título contra el danés Holger Rune o el noruego Casper Ruud, que se enfrentaron anoche.