A falta de cinco minutos para el final, Riyad Mahrez tomó la pelota y la plantó en el punto de penalti. El Manchester City había igualado el 2-0 con el que el West Ham se había adelantado en la penúltima jornada de la Premier League. Un gol del argelino haría que la liga inglesa volviese a llevar ribetes celestes por cuarto año en cinco temporadas. Lukasz Fabianski, sin embargo, tenía otros planes. El polaco salvó el envite desde los once metros y el resultado final es de empate a dos. Una victoria en el Olímpico de Londres habría dejado prácticamente solventada la lucha por el título, pero el punto logrado fue lo único que marcaría la diferencia entre los cityzens y el Liverpool antes del último partido del curso.