Han tardado. Están aquí. Pocos placeres en el ecosistema de la NBA hay como ver a máximo rendimiento a la pareja que forman Stephen Curry y Klay Thompson. Con la ayuda de Green, Iguodala o Durant se llevaron títulos en el pasado, pero dos años y medio son demasiados sin poder disfrutar de ellos. Desde que Klay regresó de su doble lesión no se ha visto a un Steph concentrado, una mala racha que se extiende desde el momento en el que batió el récord de triples de Ray Allen en temporada regular, y los dos juntos al límite tienen un efecto devastador. No lo habíamos visto hasta ahora. Llegaron los Timberwolves al Chase Center y se lió. Para los Warriors, para bien. Después de la paliza a los Mavericks suman ésta, que es la cuarta victoria consecutiva, y además recuperan la mejor versión de los 'Splash Brothers'. El efecto se hace aún más grande. Curry, con 6/10 en triples para 29 puntos; Thompson, con 5/9 en triples para 23 puntos. Entre los dos, el Andrew Wiggins (19) que va directo al All-Star, el Jordan Poole (19) que tan bien casa con Steph y otros elementos de valía lograron para poner el 124-115 en el electrónico.