Durante toda la temporada, la (prácticamente) única duda que tenía Ancelotti en su once tipo era el tercer eje de su tridente de ataque. Inamovibles Benzema y Vinicius; eternos Casemiro, Kroos y Modric; sólo las lesiones desarmaban ese Carvajal, Militao, Alaba, Mendy; y poco que decir de Courtois. Pero ese Asensio versus Rodrygo se presentaba, semana a semana, como la carrera más igualada por ganarse un hueco en la pizarra de Carletto. Goles y contundente pegada contra asistencias y mejores sensaciones que certezas. Por momentos, la zurda del balear parecía imponerse. Pero, con la Champions como termómetro, está perdiendo impulso en el momento caliente del curso.