Ni los Warriors son los Suns ni los Mavericks son los que hemos visto en semifinales. De momento, esa es la conclusión inicial que deja el primer partido de las finales de la Conferencia Oeste, que nada tuvo que ver ni de épico ni de titánico. Rapapolvo total del equipo de San Francisco, que ni siquiera tuvo que ser brillante para imponerse a unos texanos que ni llegaron ni se les esperó en el Chase Center. El resultado final llegó a un 112-87 para los locales y al partido le sobraron 5 minutos en el que jugaron los suplentes. Steve Kerr volvía al banquillo tras su baja por coronavirus, Jason Kidd seguía en el suyo y tiene que pensar un rato bien largo y la única variable que se espera en la serie es la de Andre Iguodala, todavía vestido de calle pero que puede regresar para el segundo asalto. Otro hombre más para defender a Luka Doncic más allá de un fantástico Andrew Wiggins. Otro soldado para los Warriors.