Suena en el descanso del Sánchez-Pizjuán la maravillosa Abre la Puerta, de Triana, esa Bohemian Rapsody del Rock Andaluz. «Yo quise subir al cielo para ver, y bajar hasta el infierno para comprender». Nervión acaba de probar el paraíso con dos chispazos, una volea con rebote de Ocampos y un toquecito sutil de Martial en su estreno como goleador del Sevilla. Orsic, en un fallo impropio de Diego Carlos, había puesto el 1-1 (41') instantes antes, pero de ese infierno rescató inmediatamente el equipo de Lopetegui un marcador que no se movería más en una segunda mitad soporífera, pero en la que el Hexacampeón logró conservar una ventaja de dos goles que sabe bien, mejor todavía desde que la UEFA ha decidido que marcar en campo contrario no concede ya ventaja alguna.