El Leganés se confundió de festividad cristiana y convirtió la Semana Santa en una Navidad primaveral llena de regalos para insuflar esperanza al Málaga de Pablo Guede. Dos penaltis tan tontos como innecesarios y consecutivos de Omeruo en la segunda parte encauzaron la victoria de los andaluces en Butarque en el primer triunfo de la era Guede para los boquerones y la primera derrota del Lega de local desde la llegada de Nafti. Seguramente fue también la más pobre desde que el franco-tunecino se hizo con los mandos del equipo blanquiazul. En medio de un bochornoso espectáculo futbolístico, los goles de Vadillo y Antoñín fueron oasis de salvación para los visitantes, que mantienen su renta de siete puntos con respecto al descenso. Arnáiz mandó al palo un balón poco después del 0-1 en la única clara ocasión de un Leganés tan de vacaciones o más que los aficionados que sembraron de vacío las gradas de Butarque. Casi el mismo que habitó el césped durante 90 minutos de infamia. Sekou puso el 0-3 definitivo cuando el partido agonizaba.