Andaban los Nets metiéndose en problemas últimamente. Cuatro derrotas seguidas les habían llevado un récord por debajo del 50% de victorias (32-33) y a compartir el décimo puesto del Este con Atlanta Hawks y Charlotte Hornets, su rival de esta noche. Así que el partido en Carolina del Norte era absolutamente vital para lo que quedaba por delante, que cada vez es menos. Esta victoria les da a los de Brooklyn un respiro muy necesario. Con la lesión de Durant y con Irving jugando sólo los partidos fuera de casa habían acumulado demasiadas derrotas y se habían metido en una lucha, la de no caerse de los puestos de play-in, en la que resultaba inimaginable verles. Y desde que volvió Durant hace dos partidos los Nets tampoco habían reaccionado. Es cierto que eran dos encuentros muy difíciles ante Miami y Boston, pero empezaba a crecer la sensación de que quizá este equipo había entrado en una dinámica perdedora demasiado peligrosa. Kyrie Irving se ha encargado de alejar esos fantasmas, de momento, por un día.