VALENCIA LEVANTE | Mestalla se le hace grande al Levante
El Levante sale de Mestalla como colista de nuevo, otro año sin ganar en casa de su eterno rival. Y a saber cuándo volverá, porque su permanencia en Primera se complica. No tiran la toalla los granotas porque las matemáticas así lo dicen, aunque son conscientes que desaprovecharon la ventaja que les concedió la polémica expulsión en el minuto 30 de Gayà. Al Valencia el empate tampoco le dice nada, porque tenía la oportunidad de acercarse al Villarreal y el gol de Duarte le deja muy lejos para lo poco que ya queda. Pero al menos mostró pundonor para no dejarse llevar tras la roja de su capitán. Todo ello en un derbi tenso, marcado por la intervención de Gil Manzano, y que se le fue de las manos a Figueroa Vázquez.
El Valencia se encontró con tres motivaciones en vena con las que centrarse en el derbi y olvidarse de La Cartuja. La primera desde el propio Levante, que compartió en sus redes en la previa un cartel tan provocador como estólido que decía en letras verdes y blancas: “Las finales se ganan”. Otra le llegó desde Vitoria, donde la derrota del Villarreal le permitía recortar puntos con la séptima plaza. Y la tercera fue el aplauso del respetable, cuya ovación reconocía que la distancia entre la gloria y la decepción en la final estuvo solo a un penalti. Además Bordalás sacó un once reconocible, cosa que hacía tiempo no hacía en Liga, y toda eso en la coctelera se tradujo en un Valencia intenso, con las ideas claras y que golpeó primero.
Hugo Duro no necesita dar más argumentos para que Lim autorice pagar cuatro millones por él antes del 15 de mayo. Si no lo hace es porque ni quiere ni sabe. El delantero a sus 22 años ha demostrado que es un precio tirando a ganga. Con su testarazo de cabeza a centro de Gayà: 10 goles