Una lágrima de derbi

La conversación hoy entre Gayà y Morales durante el saludo de los capitanes con el árbitro en el sorteo de campo podría ser la siguiente:

-"¿Cómo lo llevas Jose, que te vi llorar en La Cartuja?"

--«Pues mal, lo llevo mal, pero qué te voy a contar a ti, que te vi llorar tras el Sevilla».

El contexto de Valencia y Levante hacen que el derbi de esta tarde en Mestalla sea una lágrima (). La vida de blanquinegros y granotas es tan triste que los clubes optaron porque Bordalás y Lisci contaran sus penas en solitario. Así, ni tan siquiera en las horas previas hubo lugar a la tradicional rueda de prensa conjunta que generara ambiente de derbi.

Los de Bordalás se presentan ante su público ya sin Copa con la que soñar ni opciones reales de volver a Europa el año que viene ( y Villarreal, Athletic y Osasuna por delante). Pero el respetable les recibirá bien. Al menos a los jugadores, porque .

En Sevilla el músculo social y, aún con la derrota a cuestas, sus feligreses respaldarán a los suyos, el primero a Yunus Musah, al que quieren aplaudirle en el minuto 4, el de su dorsal, como muestra de que la afición valora su valentía de tirar un penalti en la tanda de una final con 19 años que castigarle por fallarlo.

El Levante llega a Mestalla con la sensación de que o muchas cosas buenas le pasan en muy poco tiempo o será el último derbi en Primera hasta nuevo ascenso. Llevan nadando contra corriente desde que y ahora que Alessio Lisci -con la ayuda de Felipe Miñambres- le ha tomado la vía al enfermo, se le agota el oxígeno.

A Mestalla, donde nunca ganaron los granotas,, pero sin Roger, De Frutos, Mustafi y Clerc. Bordalás volverá a contar con Maxi y aunque se han pasado la semana un poco tiesos, también con Guedes y Foulquier. Así el once