Un parón para abordar nuevos retos

Maite Martín

Avisó Iraola. El Atlético es dinamita y cualquier balón, por inocente que parezca, puede prender la mecha. El Rayo aguantó el tipo durante una primera mitad tediosa, que no fue sobrada de ocasiones. Algo que cambió nada más volver del descanso, con un chispazo (y golazo) de Koke, pared con João Félix mediante. Mario Suárez, Nteka y Balliu acariciaron el empate. Y es que los franjirrojos no merecieron semejante castigo. Una frase muy manida. Demasiado habitual últimamente. Vallecas se desgañitó y sus chicos, lejos de achantarse, se mostraron más ambiciosos. Eso de que les den por muertos les motiva. Siempre ha sido así. Rendirse nunca es una opción.

Llega el parón para recuperar efectivos (Unai López, Falcao y Saveljich), fuerzas y ponerse nuevos retos. El más inmediato, crecerse a domicilio, donde esta temporada sólo ha ganado una vez, en San Mamés, y de eso hace ya medio año. El Rayo, con sólo cinco puntos, se ha colgado el sambenito de peor visitante de Primera. Su próxima salida será a Granada y en la ardua misión de asaltar Los Cármenes perderá a uno de sus jugadores más determinantes, el capitán Trejo. Con la permanencia encarrilada, la máxima es no sufrir. Para ello necesita gol, esa pólvora que se ha mojado este 2022. Año en el que los franjirrojos sólo han celebrado tres goles en Liga. Aunque haya aspectos que mejorar, hay mimbres para seguir creciendo, sumando y viendo a la Franja en la élite.

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