Sueños contra maldición eterna
Unknown
Drama en se escribe en rojiblanco y con G mayúscula. Tan mayúscula como la pesadilla habitual que supone el Girona al sur de la capital. Catalanes y madrileños se han medido en once ocasiones entre Primera y Segunda y sólo en una el triunfo fue para los pepineros. Sucedió el curso pasado en Montilivi (0-2) y con altas dosis de efectividad madrileña. Ni aquella tarde se sacudió tranquilo el Lega la maldición del Girona. El resto de enfrentamientos acabó con seis victorias catalanas y cuatro empates. Oscuro panorama que antecede a esta tarde de efemérides (será el partido 300 del Leganés como local en Segunda) e ilusión ().
La antítesis es curiosa. Cosa de la matemática triunfal con la que los locales se presentan hoy (18:15) en Butarque. Sus diez puntos de doce posibles y cuatro choques consecutivos invictos (la segunda mejor racha de la temporada sólo superada por el debut de Nafti) lo han puesto a sólo seis puntos de los de Míchel. Un rival que, antes del inicio de la jornada, marcaba la frontera del playoff. Playoff. Esa palabra que se marcó al inicio de curso como objetivo del Leganés, pero que, con el paso del tiempo, cuanto peores resultados se cosechaban, más tono de tabú adquiría. Casi una maldición que hacía crecer otra palabra. Descenso. El miedo ahí sigue. Y es tan grande que lastra los ánimos blanquiazules. Nadie, ni en la plantilla, ni en el club, se atreve a soñar en voz alta con los puestos altos por miedo a sufrir otro atracón de desilusiones.
Eso no implica que no haya ambición por corregir el rumbo, apuntalar la racha y, de paso, acercarse a la zona que, por plantilla y presupuesto, se le presupone a los pepineros. Todo con cautela. Toneladas de cautela. Precisamente el Girona ejerció en la primera