"Siempre que fui al Bernabéu, el Madrid perdió, ¿lo puedes creer?" - Tikitakas
Hace dos décadas que ella es una mujer con dos nombres. Por un lado, Mercedes, ese con el que nació. Mercedes Mígel Carpio (Córdoba, 1979). Por otro, ese con el que la televisión la bautizó, en la segunda edición deOperación Triunfo en 2002. Vega, a secas. La artista menos OT de todas las que han pasado por OT. Porque ella no es de éxito rápido, de canciones ‘Big Mac’, que se consumen y llenan pero se olvidan tan rápido como llegan. Porque ella compone y crea, no canta lo escrito por otros, canciones de fórmula. Porque ella siempre ha sido un pez a contracorriente, con su propia discográfica, La Madriguera, con su guitarra y su voz grave. Porque Vega es como un mirlo blanco, esas aves con un trino único, distinto, que lo escuchas y anida dentro. Porque Vega es esa mujer a la que el traje OT muy pronto se le quedó raro. Vega es indie, es cantautora, es esa mujer con dos nombres que lleva tres semanas con su último disco, ese Mirlo Blanco, con todo lo que significa, como segundo más vendido en España, desde el primer día, desde que vio la luz. La mujer que te recibe con una sonrisa en su sitio fetiche, La Tita Rivera, su lugar en Madrid. Tan natural, tan cercana, tan de corazón, como cuando agarra la guitarra y se echa a cantar. Tan lejana de eso que la bautizó como Vega, aunque ella quisiera otro nombre.
Por cierto, el fútbol la define también. Ese nadar a contracorriente. Por eso, en su casa, se hizo del Real Madrid...
-Este es su décimo disco.
-Sí. Es el décimo que tengo editado. De estudio es el noveno.
-'Mirlo blanco'. El título es muy inspirador. Un pájaro que no imita sonidos de nadie y cuando aprende uno, lo perfecciona. Parece la definición perfecta para usted.
-(Ríe) Eso pensé yo, cuando vi cómo eran los mirlos, un