Sergi Guardiola recupera la pólvora

. Los franjirrojos se habían secado en Liga, donde sólo habían anotado tres tantos (, y ) en diez partidos, hasta que el Granada volvió a cruzarse en su camino. Fue su mejor medicina, como ya sucedió en la primera vuelta, en la que le endosó (4-0). Esta vez, los vallecanos anotaron dos dianas en, apenas, cuarto de hora y disfrutaron de ocasiones para haber sentenciado en una primera parte espectacular.

No sólo el Rayo se reencontró con el gol, también lo hizo Sergi Guardiola. El delantero volvió a ver puerta 106 días después y, como en —en el que también mojó Catena—, encontró en Álvaro García a su mejor aliado. El extremo le asistió entonces y volvió a hacerlo el domingo, mientras que Guardiola definió a la perfección en ambas ocasiones. Su disparo cruzado con la izquierda resultó imparable para Luis Maximiano y le espoleó para continuar con el asedio a la portería enemiga.

A lo largo de esos 106 días, el delantero sí del Rey. De hecho, sus dos tantos en Montilivi, el 15 de enero, abrieron las puertas de los cuartos de final al Rayo. A partir de ahí, Iraola le dio una titularidad en la que se ha asentado durante seis jornadas consecutivas. El técnico de Usurbil siempre ha defendido su labor, más allá del gol. «Nos da muchas cosas y hace que el equipo juegue mejor. Nos acerca a la portería contraria, no se esconde nunca. No tengo dudas con él», dijo tras el derbi frente al Atlético.

Sergi Guardiola aterrizó en Vallecas, cedido por el Valladolid, con la difícil misión de pelear por un puesto con Falcao. El increíble arranque del Tigre le relegó a un discreto segundo plano, pero supo aprovechar las oportunidades del míster franjirrojo y las lesiones de su compañero, quien se ha pasado ausente una gran parte de la presente