Durante más de una década The Walking Dead, la serie de AMC basada en los cómics homónimos de Robert Kirkman ha caminado con paso lento pero seguro hacia un final que se está sirviendo a pequeños sorbos. Latemporada definitiva de la ficción que ha encandilado a millones de espectadores, que consta de 24 capítulos, se ha dividido en tres partes y la segunda está a punto de estrenarse, dejando para más adelante los 8 capítulos que pondrán el punto y final a una serie que le debe gran parte de su éxito a un actor que ya no está: Andrew Lincoln.
El británico de 48 años, que previamente había alcanzado ciertas cotas de popularidad fuera del Reino Unido por su participación en Love Actually (2003), le debe todo al universo creado por Kirkman, pero en ocasiones conviene dar un paso atrás para retomar la marcha con mayor ímpetu. Y eso es lo que debió pensar Lincoln -cuyo verdadero apellido es Clutterbuck- cuando se deshizo de su carismático personaje de Rick Grimes en 2018.
Lo hizo por una buena causa, por su puesto. Y es que el actor, tras 9 años muy intensos, quería pasar más tiempo con su familia. Casado desde 2005 con Gael Anderson, hija de Ian Anderson, antiguo miembro de la banda Jethro Tull, Andrew Lincoln necesitaba alejarse de su frenética actividad para centrarse en la crianza de sus dos hijos.
Es un actor increíble y todo un líder en el rodaje, pero debe volver a su casa, en Reino Unido. Tiene niños muy pequeños. Cuando eran bebés podían ir y venir, pero ahora ya reciben una educación británica en condiciones. Echan de menos a su padre y han pasado muchos años. Debe ejercer de padre y, por supuesto, eso lo vamos a respetar”,, showrunner de The Walking Dead cuando se supo la marcha del actor.
No obstante -spolier alert-
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