Old Trafford pide otro Atleti

Ganó y esa fue la mejor noticia para el Atleti. Que ganó un partido que, en otro momento de esta temporada, hubiera perdido. Que ganó antes de viajar a Mánchester pero ganó de aquella manera. Bronco, aspero, poco fluído. Sergio había salido a buscarle las cosquillas desde el inicio. Sin cambiar el esquema ni los hombres que habían ganado al Rayo. 4-4-2 y a buscar al Atleti por alto, ahí donde tanto sufre. Sus tres primeras jugadas fueron declaración de intenciones, y un calco: Luis Hernández sacando de banda a lo Gámez, en catapulta, balones volando al área pequeña. Fiuuu, fiuuu. A la cuarta, el Atleti se plantaba por primera vez en el área del Cádiz para convertir la lluvia final que caía sin cesar sobre los jugadores, el campo, en viento a favor. Ayudó Ledesma, claro, que se hizo un Donnarumma. Lío con los pies y balón regalado a João que no perdonó. Cinta y disparo al palo corto, pelota en la red. En LaLiga de 14 Simeone ha encontrado en su bota un abrelatas de lujo, la bota del portugés. Cuatro partidos seguidos con gol nada más echar a rodar el reloj.

El Cádiz no acusó el golpe. El Atlético, con el estómago lleno, iba imponiendo su ritmo, pero se fue enredando. Herrera ordenaba menos que en otras noches. De Paul vivía más su propio partido dentro del partido con Alcaraz, refriega a refriega, que el partido. Koke había regresado inoperante. El barro del centro se fue expandiendo como en círculos concéntricos. El juego se convirtió en pelotas en largo de Oblak y a ver a quién le caía. Que, por cierto, solía vestir de amarillo.

El Cádiz iba dando avisasos, zarpazos. El primero fue un remate fuera de Pacha tras carrera de vértigo de Negredo. El Atlético había regresado a los tiempos de antes de su Liga de 14. Enredado,