Notarios de un Barça desatado

Alfonso Herrán

Todo el comportamiento del Athletic en el Camp Nou se juzgaba en función de lo que podía suponer de cara a la vuelta de las semifinales de Copa ante el Valencia. La mente estaba en Mestalla, se vio desde la alineación, y no se recuerda por Bilbao una cita en la que el equipo diera un zarpazo sonoro mientras pensaba en otra posterior. El resultado es muy feo viendo lo que hizo el Athletic, pero es que este Barça crece y crece y nada tiene que ver con aquel tembloroso al que pasaportó el equipo de Marcelino en Copa. Allí estaban Jutglà y Ez Abde y esta película con Dembélé, Adama y Aubameyang es distinta. La actitud no fue mala, pero la segunda parte se hizo larguísima. La calidad de los culés prevaleció ante un equipo de cuerpo presente, pero con su espíritu en Valencia.

Sí que quedan algunas heridas para Mestalla, al margen de que Europa se complica un poco más vía Liga. No es el escenario para valorarle, pero Villalibre está muy lejos de lo que se supone que es el futuro nueve de este equipo. Vivian tuvo su peor noche y los laterales acabaron torturados. El Barça juntaba al Athletic en una banda para girar a la otra. Eso generaba unos contra unos letales para sacar grandes centros. El Athletic fue un notario más de este grupo de Xavi que se ha desatado, que ya vive en armonía con su gente. Ahora, a descansar. Bastante menos que el Valencia, pero es lo que hay.

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