Melamed cose un punto de sutura a un perdido Espanyol

Está en el aire el futuro de Vicente Moreno. Y el de Rufete. También el de media plantilla. Pero el Espanyol da síntomas de haber dimitido, solo maquillados por infrecuentes zarpazos. Sucedió ante el Celta con el 1-0 de Wu Lei y, esta vez frente a Osasuna, con un golazo de Melamed. Ni siquiera tienen amarrada la permanencia los pericos pero el entrenador se permitió el lujo de dejar en el banquillo a Raúl de Tomás, tras su enganchón en el Bernabéu, ante unos rojillos que no se jugaban nada salvo la ambición, que ya era bastante.

Más descompuesto que un jarrón arrojado desde un rascacielos, da muestras el Espanyol de que cada jugador hace la guerra por su cuenta. Y les da para generar alguna llegada aislada, por la calidad de Darder, de Puado e incluso de Vilhena. Pero ya. Delante, tenían los pericos a un equipo. Ni más ni menos. La definición gráfica fue esa piña en que se fundió Osasuna tras el 0-1, fruto de una pérdida de Aleix Vidal, de un buen pase de Budimir –esta vez no marcó, pero sí asistió– y una finalización certera de Kike Barja. La chispa que le faltaba al cóctel explosivo en que la gestión deportiva ha convertido al RCDE Stadium, que estalló entre los cánticos de “Rufete, vete ya”, los silbidos, algún pañuelo ‘vintage’ y el llamamiento “¡Raúl, Raúl, Raúl de Tomás!”.

Los deseos populares fueron órdenes, cosa que rara vez sucede en el club perico, cuando Moreno dio entrada en la reanudación a RdT, quien tardó un cuarto de hora en tener su primera ocasión de gol, seguida de una rosca pérfida de Puado que se marchó rozando el palo. Antes, en el 54’, había perdonado Budimir el 0-2 en una acción disparatada a la que replicó Melendo, otro recién ingresado, a la contra.

Menos tiempo aún necesitó Nico Melamed, quien