Mané mete a Senegal en su segunda final consecutiva
Las estrellas por fin se hacen notar en esta Copa de África. Si en cuartos de final la gran figura fue Salah tras conducir a Egipto a semifinales después de un pésimo torneo, este miércoles fue su compañero en el Liverpool Mané el que demostró estar varios escalones por encima del resto del futbolistas del continente metiendo a Senegal en su segunda final consecutiva al liderar el triunfo de su selección ante Burkina Faso (1-3).
Después de perder la final en 2019, la generación dorada de Senegal (Mané, Mendy, Koulibaly, Gueye, Kouyaté, Sarr...) afrontaba este torneo como su gran reválida para conquistar la primera Copa de África de su historia. Por eso extrañó que los leones de Teranga, claros favoritos, tardaran en sacar las garras. En una primera parte aburrida, los senegaleses tuvieron las ocasiones más claras, aunque la gran protagonista, una vez más, fue la horrorosa actuación arbitral. El etíope Weyesa señaló penalti tras un choque entre el portero burkinés Koffi y Kouyaté y el VAR le recomendó revisar la acción. El guardameta despejó con su puño un balón que iba a la cabeza del jugador del Crystal Palace y luego, en el aire, arrolló al senegalés. Tras ver la acción, Weyesa rectificó. Eso sí, la acción trajo malas noticias para los potros, que tuvieron que sustituir a su portero, dolorido tras el choque. El juego estuvo detenido casi diez minutos, por lo que hubo un descuento extendidísimo. Tanto como para que Wayesa la volviera a liar al pitar penalti por mano de Tapbosa, al que el balón le dio en el brazo procedente de un rebote en el muslo. Dos penaltis, dos rectificaciones.
La realidad es que el uso del VAR en toda la CAN desde su aparición en octavos ha sido ejemplar. Fue tajante con el juego duro y las entradas


