En la segunda mitad del encuentro entre Galatasaray y Barcelona en Turquía, se repitió a lo largo de los minutos el lanzamiento de objetos, normalmente vasos de plástico, que llevaron a Orsato a detener el encuentro por unos segundos en varias ocasiones. Uno de los más afectados fue Jordi Alba, al que le impactó un vaso, lo que provocó su furia y un balonazo a la grada a consecuencia de ello. Una acción que le pudo costar la roja: pese a ser la víctima, su reacción fue desmedida. Piqué y Aubameyang también sufrieron el mal gesto de la grada de aficionados y así lo hicieron saber. Al central se le vio especialmente enfadado e incluso varios hombres del banquillo local recriminaron a sus seguidores lo que estaba ocurriendo.
El colegiado pidió tranquilidad y apenas sancionó los evidentes enfados de los jugadores del Barcelona y la reacción a ello de los futbolistas del Galatasaray. Jordi Alba vio amarilla por su balonazo, en una acción al límite de la expulsión.: "Si el árbitro considera que es una acción violenta, es roja a Jordi Alba. Amarilla mínimo. Hay que reprochar todos los lanzamientos, pero Jordi Alba no se puede tomar la justicia por su mano. Si el árbitro se cree que es fuerza desmedida, le debe expulsar".
Posteriormente, en Carrusel Deportivo se debatió sobre si lo ocurrido era suficiente para detener el partido, como sucedió, por ejemplo, en el duelo copero entre Sevilla y Betis en el Benito Villamarín. Sin embargo, el árbitro del programa de la Cadena SER explicó que había una gran diferencia entre lo ocurrido en ambos encuentros: "Lo que ha caído son vasos de plástico, no se puede poner en la misma categoría que una barra de hierro. Si en Europa cae una barra de hierro se suspende".
Daniele Orsato no señaló un
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