Las Palmas huele a gol

Una de las señas de identidad de Las Palmas es la posesión, el que más de la categoría, justo por delante del Ibiza, rival de este fin de semana. Este hecho internamente se asocia en fútbol como una característica ofensiva y es que como decía Saúl ayer en rueda de prensa «somos un equipo que propone». Algo que une a la cantidad de disparos que realiza, tercer máximo chutador de la temporada.

Arrancaba la liga con los amarillos a lomos de la posesión y el gol como característica principal. Creciendo hasta alcanzar el que sería el pico de la temporada, tercer puesto. Cuando concluía el primer tercio de la temporada tras conseguir su primera victoria a domicilio, los pupilos de Mel eran los terceros máximos goleadores de la categoría y los séptimos más chutadores a puerta. Además habían anotado en once de los catorce encuentros disputados.

Sin embargo vino el parón. Llegó el invierno y como si de una finca de aguacates se tratara, la producción goleadora de Las Palmas se cayó. Desde ese pico a inicios de noviembre hasta su valle a mitad de marzo, en el partido ante el Girona, pasó de ser el tercer máximo goleador de la categoría a ser el sexto por la cola.

Las Palmas había perdido el olfato y con él la pelea codo con codo con la sexta plaza. Paradójicamente a lo largo de este tramo, empeoró su puntería pero mejoró sus números de tiros. Fueron los terceros de Segunda que más chutaban cuando antes eran los séptimos. Solo Valladolid y Almería, dos popes de Segunda, tiraban más a portería.

Tras tocar fondo, en decimocuarta posición, García Pimienta agitó a la plantilla. Sadiku volvería al ataque y comenzaba a exigir a Kirian aportación, con tintes de Pigmalion. Necesitaba goles y necesitaba jugadores que se responsabilizaran de