Las horas más complicadas para el Granada

Patricia Rodríguez se encuentra en uno de sus momentos más complicados como dirigente deportiva. Tras sus exitosas etapas como componente del consejo asesor del Gipuzkoa Basket y en el Eibar, Elche O LaLiga, la directora general del Granada se ha encontrado en pleno centro del tornado mediático tras el descenso del equipo a Segunda División.

La afición la ha señalado por ser la cara visible de un club cuyo presidente, Rentao Yi, no ha pisado en su vida la capital de La Alhambra y que ha dado mando en plaza al asesor jurídico Javier Aranguren. Francisco Cuenca, alcalde de Granada, quería contactar con el enigmático máximo dirigente chino y

Patricia ha hecho un esfuerzo descomunal para tratar de mantener cuadrada la contabilidad de un club que debe asumir amortizaciones por fichajes como, por ejemplo, el de Luis Suárez, por quien se pactó pagar al Watford 15 millones en cinco años. La operación más importante en la historia del club.

La dirigente donostiarra ha mantenido buenas y fluidas relaciones con LaLiga, que es una función muy importante para cualquier club. ¿Qué ha fallado? Que el balón no ha entrado. En los malos momentos la consejera con mando en plaza y enviada por la propiedad para ‘controlar la movida’ ha sabido quitarse de en medio en los malos momentos. El resultado es que los guantazos se los ha llevado Patricia.

Tras tres exitosas temporadas con Diego Martínez como entrenador con ascenso, dos permanencias y exitoso camino en la Europa League, no salió nada bien la apuesta por Robert Moreno como sustituto del vigués ni por Pep Boada como director deportivo. La construcción de la nueva plantilla no resultó. No se encontró el relevo para Yangel Herrera y la marcha de Soldado, por quien el Levante pagó la cláusula