La mítica E.T. iba a ser una película de terror pero Steven Spielberg necesitaba un respiro - MeriStation

La icónica película E.T. de Steven Spielberg nació como una película de terror, aunque pronto el propio director cambió de idea para apostar por una película más amable, tierna e incluso dramática. Así lo recoge el medio a partir del libro The Films of Steven Spielberg de Neil Sinyard, donde se descubre esta curiosa historia sobre uno de los filmes más representativos de la década de los 80.

Y es que tras el éxito de Encuentros en la tercera fase, Columbia quería desarrollar una secuela a pesar de que Spielberg tenía en mente otros proyectos, descartando su dirección y escribiendo un primer borrador. Ese primer guion se tituló Night Skies y presentaba una familia que era asediada en su granja por una raza, con un claro enfoque de terror y thriller, además de añadir a Budde, un alien más benévolo que entablaba una relación de amistad con el hijo autista de la familia.

Sin embargo, en esos momentos Spielberga estaba metido de lleno en la convulsa producción de En busca del arca perdida y ansiaba un proyecto algo más calmado. La oportunidad llegó cuando el cineasta mostró el guion a Melissa Mathison, quien vio en esa relación entre un benévolo y un niño una oportunidad perfecta para crear algo totalmente nuevo.

Fue entonces cuando Spielberg descartó finalmente Night Skies y empezó a trabajar con Mathison en una película titulada E.T. and Me. Columbia no quería apostar por una producto de “estilo Disney” y rechazó la idea. Entonces entró en juego Universal, productora que se hizo con los derechos para crear; y el resto es historia del cine.

Aun así, las ideas de Night Skies no cayeron en saco roto y Spielberg las aprovechó para proyectos en los que participó posteriormente como Poltergeist o Gremlins.

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