La cuna del fútbol vuelve a latir en el corazón de Londres

En el corazón de Londres, a apenas cinco minutos a pie del mercado de Covent Garden y a menos de un cuarto de hora de Picadilly Circus, se encuentra uno de los lugares donde germinó el fútbol. El Freemasons Arms es un pub que pasa desapercibido para el viandante, pero que guarda un pedazo de historia. El deporte global que es ahora no puede entenderse sin las conversaciones que ese local londinense albergó en el otoño de 1863.

El fútbol era hasta entonces una disciplina incipiente, pero que carecía de normas comunes. El Freemasons Tavern (así se llamaba entonces) fue el lugar elegido por doce clubes de Londres y sus alrededores para mantener una ronda de encuentros con la misión de redactar un reglamento universal.. El 8 de diciembre, en la sexta, se aprobó el primer reglamento.

En la votación, resuelta por once votos a uno, triunfó la corriente que defendía que el fútbol fuera un deporte jugado exclusivamente con los pies (y la cabeza), frente a la que abogaba por legalizar las manos y acciones como patadas, zancadillas y otros golpes al adversario (). Once días después se disputó el primer partido con aquel reglamento primigenio, al que con el paso de los años se le introdujo la figura del portero, el penalti, los cambios, las tarjetas… o el más moderno VAR.

Freemasons Arms, la cuna del fútbol

Un texto enmarcado a la entrada del Freemasons Arms cuenta los orígenes de la federación inglesa (FA), fundada allí el 26 de octubre de 1863.

Un póster junto a uno de los televisores conmemora que el Freemasons Arms albergó la redacción del primer reglamento del fútbol en 1863 y la fundación de la primera Sociedad Geológica del mundo en 1807.

Los clientes del Freemason Arms ven el Crystal Palace-Arsenal el pasado lunes 4 de abril.

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