La Cerámica es estadio de Champions

Javier Mata

La primera vez que fui al Madrigal tenía muy poca edad, así que me acuerdo de poco. Fue un partido de Tercera División, en el que el Villarreal intentaba ser uno de los gallitos de esa categoría. Desde aquel día, mi vida ha estado ligada al equipo, ya que muy joven empecé a seguirlo como contador de cosas. Así, he acompañado al equipo en Segunda B, Segunda División y Primera División. Ya con la sensación de vivir un sueño, se sumó de repente lo de jugar en Europa.

Viví las Intertotos, la UEFA, la Europa League y la Champions. La locura no paraba de crecer. Todo ello viviéndolo de forma intensa, porque no era fácil que un equipo como el Villarreal llegara a estas instancias. Es el miedo del que se sabe pobre y que, por más dinero que tenga, siempre tiene esa sensación que está de prestado en estas fiestas. Pero comenzaron a llegar las semifinales, lo que hacía que ya fuera un asiduo a las grandes noches, en las que ya empezaban a mirarte como alguien que lleva un traje bueno y no alquilado. Y con esas, llegó el título y la gloria, el mayor de los orgullos vividos.

Por ello, ¿qué quieren que les diga de lo de ayer? A pesar de cómo acabó, lo que vivimos fue de lo mejor que recuerdo. La imagen del Villarreal y de su gente, sobre todo de su gente, es lo mejor de esta Champions y esa primera parte no se olvidará jamás. La afición del Villarreal es de Champions y su imagen en este partido, va a quedar en el recuerdo del mundo entero.

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