Irregularidad y un puñal en la izquierda

Axel Torres

Un técnico de éxito con un arranque difícil. Cuando Adi Hütter se marchó al Borussia Mönchengladbach, el Eintracht de Frankfurt reaccionó contratando a un entrenador con un currículum inmaculado: el austríaco Oliver Glasner. Tras dos años como asistente de Roger Schmidt en el Salzburgo, inició su carrera en solitario en el LASK Linz, al que ascendió a primera división y al que acabó llevando a la fase previa de la Champions League. Esto le permitió dar el salto al Wolfsburgo, donde clasificó al equipo para la máxima competición continental. Sus primeros meses en Frankfurt fueron difíciles, con una eliminación copera ante un conjunto de tercera división y con un terrible inicio de Bundesliga. La primera victoria de Glasner no llegó hasta la séptima jornada y se produjo, contra todo pronóstico, en Múnich ante el todopoderoso Bayern (1-2). Fue el partido que cambió la tendencia y que permitió al equipo empezar a remontar posiciones, aunque nunca haya abandonado una irregularidad que le está impidiendo pelear por las primeras posiciones. Glasner no termina de dar con la tecla de la estabilidad.

Añorando mucho a André Silva. La pasada temporada, el Eintracht acabó quinto, a un solo punto de la cuarta plaza, que da derecho a jugar la Champions, que ocupó el Wolfsburgo de Glasner. Sin duda, la gran diferencia entre aquel equipo y el actual es el delantero centro. El portugués André Silva anotó 28 goles en la campaña 2020-21, incluso uno más que Erling Haaland, y fue el principal artífice de la buena trayectoria de los de Frankfurt. Su traspaso al Leipzig dejó el ataque huérfano de pólvora. Aunque el colombiano Rafael Santos Borré, firmado de River Plate como sustituto, se mueve con mucha inteligencia, los siete tantos