Harden se borra y los Heat son finalistas de la Conferencia Este
Adiós a los Sixers. Es el fracaso de un proyecto, de dos jugadores y de un entrenador. También de un traspaso fallido, una idea que lleva muchos años y otra nueva, con Daryl Morey en los despachos, que tampoco ha funcionado. El conocido como The Process y su lema eterno, Trust Thr Process, certifica que lo que antes era tanking hoy son migajas. Ni una sola final de Conferencia en todos estos años, una ausencia que se mantiene. 21 años de una espera que no se acaba, de un bochorno casi pantagruélico que ha dejado desmadejado a un equipo histórico, uno de esos que la NBA ha ensalzado siempre como uno de los suyos. Ya en nada se parece a la esencia que mostraron con los preshitóricos anillos de 1955, 1967 y 1983, con,. Ya no quedan héroes, referentes o estrellas que brillen en el firmamento. El pasado es mucho mejor que el presente, y el presente no parece mejor que el futuro. Y eso, tal y como está escrito, es tan impepinable como doloroso.
Los Sixers se despiden de la temporada en semifinales de Conferencia, una ronda a la que ya llegaron en 2018, 2019 y 2021. Ni contra Celtics (4-1), Raptors (4-3) o Hawks (4-3) han conseguido emerger, ya sea con lecturas esperanzadoras o extraordinariamente negativas, el año pasado al frente. Este año, los Heat les apean por 4-2, les expulsan en el Wells Fargo Center, un estadio que de nuevo les ha abucheado y que se ha hartado de forma lógica y legítima de todo lo que tiene que ver con el equipo, su equipo. En una ciudad como Philadelphia, que sabe y entiende de baloncesto, un fracaso así se magnifica y queda carente de excusas o narrativas. Ni con Ben Simmons, ni con James Harden. Ni con Brett Brown, ni con Doc Rivers. Y siempre con Joel Embiid como epicentro de un proyecto que ha