Haaland se da un festín a costa de una Armenia que se quedó con diez

Haaland desató el vendaval que arrasó a Armenia. Se convirtió en el punto de partida de una goleada en la que el delantero lo hizo todo. Provocó todo. Arrasó todo. El noruego fue objeto de una dura entrada de Hovhannisyan, que terminó con su expulsión en el minuto 17, y a partir de ahí el monólogo local se volvió aún más contundente. Haaland abrió el marcador, asistió a Thorstvedt en el 3-0 y anotó el quinto al filo del descanso, justo mientras recibía otra fea falta de Mkrtchyan. Para proteger a su estrella y su tobillo —diana de esta última entrada y que terminó ensangrentado— Stale Solbakken decidió cambiarle en el descanso.

Sin embargo, esa primera parte dio para mucho. Prácticamente para todo. Haaland fue la clave para desactivar el entramado defensivo que había caracterizado a la Armenia de Caparrós. Ya se intuía durante los primeros instantes del amistoso, puesto que las intenciones y el balón estaban siendo propiedad de los noruegos. El delantero comandó las arremetidas iniciales y así fue como Hovhannisyan vio la roja directa al cazarle por detrás, desentendiéndose de la pelota. Fruto de la impotencia que despertaba el del Dortmund y por la que también Bayramyan acabó viendo una amarilla. Había que frenarle y no sabían cómo.

Apenas unos minutos después estalló la tormenta. Haaland, que se había ido zafando de las patadas, abrió el marcador y demostró que es una auténtica bestia del área. Cazó un centro de Elyounoussi y sin que llegase a tocar el suelo, con la zurda, la picó por encima del portero y anotó el 1-0. No se quedó ahí. El delantero, además, sirvió un balón atrás para poner en bandeja a su compañero Thorstvedt el tercero. Redondeó su noche con un doblete al filo del descanso. Esta vez fue Thorstvedt quien