Gündogan, un actor secundario de lujo

INGLATERRA

El chico de la cara amable. Sonrisa y calma. Ni nervios ni malas caras en el centro del campo del Manchester City. Ilkay Gündogan es el chico de los recados. Si hay que meter una pierna aquí o robar una pelota allá, Gündogan se encarga de ello. Si hay que combinar en corto o buscar un envío en largo al campo contrario, más de lo mismo. Incluso merodea el área rival, y es letal cuando la pisa.

Es un actor secundario de lujo. Alguien que no levanta la voz cuando las cosas van mal, sino que pone su grano de arena para solventar la situación. Un futbolista que no goza de la popularidad de otros compañeros suyos, que vive en el margen. Incluso la temporada pasada cuando se convirtió en la principal amenaza ofensiva del Manchester City cuando actuó como falso nueve. Rúben Dias se llevó todos los galardones individuales en una campaña en la que los celestes lograron otro doblete, el de la liga y la Copa de la Liga.

En la temporada que recién ha terminado ha sido aún menos protagonismo. Rodrigo se ha erigido como el sustituto ideal de Fernandinho, y un Bernardo que estuvo a punto de salir el pasado verano ha hecho de jugador multiusos, tarea de la que venía encargándose Gündogan. Esta temporada ha tenido menos minutos, menos partidos y ha sido titular menos veces que en el curso anterior. Pese a ello, su importancia fue capital.

Cuando saltó al césped en la última jornada,, el foco tampoco lo apuntó, pero Gündogan invadió el escenario. Pep Guardiola buscaba una reacción, alguien capaz de cambiar el devenir de un encuentro que perdían por 0-1. Ni Jack Grealish fue el elegido, ni el impacto fue inmediato. Coutinho amplió la ventaja visitante, pero Gündogan jugó el papel más importante de su carrera hasta la fecha. Anotó