"Gracias por salvarnos el culo de nuevo, Alisson..."

Tuvo su oportunidad el Liverpool. Y la aprovechó. El Manchester City mostró su humanidad el sábado, empatando en su salida a Southampton. Los scousers vencieron el domingo en Londres para mantener vivas sus opciones de título. Por escasas que sean. En la misma semana en la que accedieron a la final de la Copa de la Liga, recobraron la ilusión en la Premier League ganando su segundo partido consecutivo tras un bache de tres partidos sin hacerlo.

Un error en la marca de Joachim Andersen permitió que Virgil van Dijk encontrase un pasillo en el área rival. A los ocho minutos, el neerlandés cabeceó a la red un córner de Andy Robertson para adelantar a los suyos en el marcador. El escocés asistió también en el segundo tanto. Superada la media hora de juego, y tras una buena combinación para sortear la presión rival, Robertson recibió la pelota con espacio en la banda izquierda. Desde allí encontró a Alex Oxlade-Chamberlain en el segundo palo con un centro preciso. Control, disparo y 0-2.

Dominaban los visitantes con tal superioridad que se relajaron. Lo vieron fácil y cometieron errores. Dejó con vida a su rival, y este se revolvió. A las ocasiones generadas en el final del primer tiempo les sucedió una nueva ofensiva en el inicio del segundo tiempo. Avisó el Crystal Palace. Luego marcó. En una salida veloz, Jeffrey Schlupp rompió la defensa rival con un pase al espacio. Jean-Philippe Marteta y Odsonne Edouard no desaprovecharon el dos contra uno.

Temblaban las piernas de los jugadores del Liverpool, pero encontraron la manera de contener a su rival y calmar un partido que se les había girado. Tuvieron la pelota, lo movieron en campo contrario, mermando el ímpetu local. Pero su inoperancia en ataque reforzó las convicciones del