Fichajes top bajo sospecha

Comenzamos con el fichaje más caro de la historia de la Premier y, por ende, del Manchester City. Pep Guardiola se enamoró del peaky blinder del fútbol. Con sus medias bajadas y sus espinilleras de niño, el de Birmingham fue profeta en su tierra. Convirtió Villa Park en su parque de atracciones particular con sus diabluras partiendo desde banda izquierda. La adaptación a un sistema tan cambiante y particular como el citizen no es sencillo, aunque tu aterrizaje venga avalado por el director de orquesta. Tres goles y tres asistencias a estas alturas, pero las sensaciones empeoran los números. Suplente en tres de los últimos cinco partidos ligueros, suenan las alarmas. Eso sí, queda tiempo para que Jack despierte, las estrellas no suelen besar el santo al llegar al Etihad (Mahrez, Sterling...).

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Tuchel resucitó al Chelsea a tiempo y le hizo campeón de Europa. El renacimiento llegó desde la defensa, basada en carrileros de larguísimo recorrido, tres centrales rocosos y un centro del campo indestructible y móvil (Kanté y Jorginho). ¿Faltaba alguna pieza? Un '9' de garantías ante los problemas de puntería de Timo Werner. Así llegó Romelu Lukaku, que regresaba a Stamford Bridge. El belga sentó cátedra en el Inter de Conte, con un esquema similar al de Tuchel. El puzle se completaba, o no. Tres goles en sus primeros tres partidos ligueros. Desde entonces, solamente dos más (y otros tres entre Champions y Carabao Cup). 'Big Rom' fue perdiendo su cartel de indiscutible y una entrevista inesperada incendió el panorama, pues reconoció que le gustaría volver, más pronto que tarde, al Inter. El apretón de manos público entre jugador y entrenador ha llegado, enterrando el hacha de guerra, pero el Chelsea espera mucho más de Lukaku