Imanol Alguacil ya tiene lo que quería. Salir vivo del Red Bull Arena y que la eliminatoria contra el RB Leipzig se decida en el Reale Arena. Parecía una quimera pensar en eso, viendo el nivel del equipo alemán. Pero la Real Sociedad lo consiguió después de interpretar a la perfección la idea de su entrenador, de jugar replegados con defensa de cinco y aprovechar sus ocasiones. Las aprovecharon Le Normand y Oyarzabal, y dentro de una semana la caldera de Anoeta deberá ayudarle a pasar por fin a octavos de final. Pudo ser mejor porque el el empate del Leipzig en los últimos diez minutos llegó después de un penalti más que dudoso de Joseba Zaldua. Da igual, el pase parece más cerca después de pasar por Alemania.
El partido en el Red Bull Arena comenzó torcido antes de empezar, con la lesión de Alexander Isak por unas inoportunas molestias musculares que aparecieron en el momento más inoportuno. Sorloth tuvo su oportunidad en su vuelta a casa para demostrar al RB Leipzig que tiene más gol de lo que pensaban cuando aceptaron su cesión a la Real Sociedad. Los donostiarras cambiaron su planteamiento de juego, con menos protagonismo con balón, más replegados en defensa, y con la intención de salir rápido a la contra y evitar precisamente las transiciones peligrosísimas de los alemanes. No le fue mal de inicio a la Real, consciente de que le quedaba la vuelta en Donostia para rematar allí la faena. Zubeldia se incrustó entre los centrales para jugar con defensa de cinco bien replegado.
Dominaba la pelota el RB Leipzig, pero la Real se defendía bien, dejando pocos espacios entre líneas, y luego intentaba estirarse con alguna jugada en la que Rafinha conectaba con Merino, y la pelota terminaba en la banda con Diego Rico, que
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