Estimado Sr. Uralde: La Caza no es folclore
Este blog es un viaje a esas jornadas de caza y conservación, esperamos que seáis nuestros compañeros de cuadrilla.
Estimado Sr. Uralde:
Me gustaría, si tiene usted a bien, después de las declaraciones que ha pronunciado recientemente, explicarle que la mujer siempre ha estado presente en el mundo de la caza, aunque por razones obvias y por las que es un absurdo luchar, la fuerza se la ha llevado el hombre, lo que dejaba a la mujer en un segundo lugar, nunca menos importante. Pero de ahí a ser una folclórica, dista mucho.
Lea, lea: «En la prehistoria, en el periodo de los nidos arbóreos, hombres y mujeres eran nómadas, caminaban con sus crías a la espalda —mientras estas no podían andar—, recogían bayas de los arbustos, y luego, al oscurecer, al igual que algunos animales, se subían a las copas a descansar entre las ramas. Su vida, dura y monótona, era corta, no pasaba de los 18 o 20 años. Las cosas cambiaron en cuanto se descubrió el refugio y se inventó la caza: las mujeres no tenían —en general— la fuerza necesaria para enfrentarse a los grandes animales, solían, además, estar embarazadas.» (Clara Janes. Guardar la casa y cerrar la boca. En torno a la mujer y la literatura).
Decirle que, aunque hace relativamente poco que, a través de asociaciones, redes sociales y medios de comunicación entre otros, desde que el mundo es mundo, la mujer ha formado parte de la actividad cinegética de una manera u otra, desempeñando un papel fundamental dentro de ella.
Esto no quiere decir, que la caza sea como lo que define la RAE como folclore, no. a muy señor mío. Les guste a los de su calaña o no.
En mi caso Sr. Uralde, como ya he mencionado en más de una ocasión, empecé tarde en el mundo de la caza. Pero desde chica, he visto mujeres