Espectacular empate entre Atalanta y Leipzig
Cuatro remates a la madera, 35 disparos totales, una enorme intensidad, pero solo dos goles. Leipzig y Atalanta prometían espectáculo y cumplieron, dejando abierta e imprevisible una eliminatoria que se decidirá en el Gewiss Stadium de Bergamo.
La primera parte fue de menos a más, con los conjuntos repartiéndose el control del partido. Los de Tedesco se aferraban a la calidad de Dani Olmo para activar a Nkunku, hombre clave, con su enorme fuerza física, para meter en apuros a la zaga atalantina. El tanto que rompió el choque, no obstante, fue una obra de arte de Luis Muriel, que en el 17' arrancó desde la izquierda, penetró en el área, se deshizo de dos rivales y abrió la lata con una rosca imparable.
El gol aumentó la presión de los italianos que, en su mejor momento, estuvieron a centímetros de encajar el 1-1 por un rápido contragolpe del Leipzig, terminado por André Silva con un remate al poste, el primero de la noche. El segundo llegó a instantes del descanso, cuando Pasalic rozó el 0-2 con un disparo a la madera tras una gran jugada personal.
Los vaivenes aumentaron en una reanudación repleta de emociones, en la que los conjuntos se desataron totalmente.
Después de un paradón de Gulacsi ante Muriel y una intervención milagrosa de Demiral ante Dani Olmo, los alemanes lograron un penalti por una falta del mismo central sobre Nkunku. Musso neutralizó el lanzamiento de André Silva y también un cabezazo de Orbán, pero un minuto después no pudo evitar el tanto en propia puerta de Zappacosta, que desvió mal un centro de Angeliño.
Luego, ambos conjuntos tuvieron ocasiones enormes para adelantarse: Koopmeiners y Szoboszlai remataron a la madera, Zapata regresó tras casi cuatro meses y creó varios peligros, Scalvini desperdició