· hace 2 dias
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Graduado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y especializado en el ámbito deportivo por la Universidad de Villanueva. Apasionado de los deportes y de las estadísticas históricas. He aprendido en la Cadena Ser, Vocento y Radio Intercoruña.
El fútbol sí es país para viejos. Antes no. Antes era difícil ver a jugadores que, pasada la treintena, siguieran ejerciendo en el más alto nivel. Siempre hubo excepciones, claro. Especialmente en los inicios, cuando era frecuente ver a cuarentones carentes de forma ejerciendo en equipos de élite. Pero después llegó una creciente profesionalización que fue reduciendo los tiempos de retirada hasta que los avances de la preparación física vislumbraron para muchos una tercera juventud allá donde sólo cabía la retirada en silencio.
Un fenómeno transversal a todo el planeta fútbol. Sirvan como referencia leyendas como Rivaldo, retirado en 2015 a los 43 años, o Teddy Sheringham, ex capitán del United que colgó las botas a los 42 años en 2008. El fenómeno del adiós tardío empieza a se cada vez más común. En LaLiga, en la vigente temporada, hay 21 futbolistas compitiendo en Primera con más de 34 años de edad.
Dos, en concreto, lo hacen por encima de los 40 años. Son el caso de Joaquín, el ‘abuelo’ de la competición, y Diego López, otro de los veteranos infatigables. Les siguen de cerca el incansable goleador Jorge Molina (39 primaveras) o el recientemente retornado Dani Alves, el cuarto futbolista con más edad del campeonato a sus 38 años.
Éste es el once de los ‘abuelos’ de LaLiga:
El portero del Espanyol sigue ejerciendo en la élite tras una carrera que abarca más de dos décadas dedicadas al profesionalismo y que comenzó en el juvenil del Lugo, su
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