El séptimo cielo de O'Sullivan

SNOOKER | MUNDIAL

20 segundos cada bola, 18 frames y una capacidad para emplazar la bola blanca que roza lo sobrenatural. Así entra definitivamente en la leyenda del snooker Ronnie O'Sullivan. El Cohete ganó su séptimo Mundial en el teatro Crucible de Sheffield e iguala a títulos con el escocés Hendry. Ese era el lunar que quedaba en el debate de si Ronnie, de 46 años, era el mejor de la historia. Ya está borrado. Es el más grande.

La víctima de O'Sullivan fue el también inglés Judd Trump (18-13), un perfeccionista que hace tiros imposibles. Ambos se entrenaron juntos un tiempo. Se conocen bien. Y el mismo Trump sabe que cuando O'Sullivan está inspirado es imparable. «Ronnie cada vez es mejor, y aumenta su determinación. Jamás falla bolas», reconocía Trump.

Eso sucedió entre el domingo y el lunes en cuatro sesiones en el Crucible. El Cohete voló. Sólo flaqueó en la mañana del lunes, pero por la tarde parecía tener prisa por terminar ante las enchaquetadas leyendas del snooker. Bolas perfectas, suaves emplazamientos mejores. Poca errata. Trump se diluía con golpes menos delicados.

Ronnie O'Sullivan, durante la final ante Trump.OLI SCARFF (AFP)

Así llega el controvertido O'Sullivan a ser el más grande. Conocido por sus momentos complicados, Tuve un lance con el árbitro Olivier Marteel por la posición de una bola en esta final («solo busca problemas», dijo Ronnie). Pero la realidad es que cuando llegan los Mundiales, Ronnie se transforma. Se enfoca al 200%, solo pendiente de su tiza y de que su taco esté perfecto para sacar su magia.

Así, y con 500.000 libras más para su cuenta corriente, dejó en la cuneta a Gilbert, Allen, Maguire, Higgins y finalmente al fino Trump, de 32 años, y llamado a dominador futuro. Pero el más grande