El Real Zaragoza y el Burgos buscan la salvación matemática

A seis jornadas del final, al Real Zaragoza y al Burgos no les queda ya otro objetivo que resolver cuanto antes su permanencia y acabar el campeonato lo más arriba posible, por la propia obligación deportiva y porque hay en juego varios cientos de miles de euros que siempre son bien recibidos (). El equipo aragonés tiene la exigencia añadida de jugar en La Romareda, donde sólo ha dado seis alegrías a sus seguidores, mientras que para los burgaleses, recién ascendidos y una de las revelaciones de la temporada, se trata de ir poniéndoles guindas a un curso más que notable.

Ayer y tanto el Zaragoza como el Burgos buscan hoy sellar su salvación matemática, que en el caso del club aragonés es una de las dos exigencias para que se produzca el cambio de propiedad y la llegada oficial del grupo inversor internacional. Los de Juan Ignacio Martínez necesitan una victoria, pero a los de Julián Calero les sirve con el empate.

JIM, que tiene ya asumida su marcha el 30 de junio con el cambio de propiedad en el Zaragoza,, al que no se va a forzar para que su contractura muscular acabe de curarse de la mejor forma posible, ni tampoco con Chavarría, sancionado por acumulación de tarjetas. Sin duda, dos bajas muy notables que darán entrada en el once a Nieto en el lateral izquierdo y a Borja Sáinz en el extremo zurdo, actuando esta vez Álvaro Giménez como ariete. La otra novedad en la alineación apunta a ser la presencia de Francho por Vada en la medular, formando el doble pivote junto a Zapater.

Por su parte, el, se presenta en La Romareda con los deberes hechos. En su retorno al fútbol profesional está cerrando una magnífica temporada, muy alejado de los puestos de descenso y, todavía, con opciones matemáticas de poder aspirar a la sexta