El Málaga no puede con el Oviedo y abre el paraguas de los truenos

El Málaga sigue en su vertiginosa carrera hacia la autodestrucción. No pudo pasar del empate ante un Oviedo muy serio atrás y que, a paso se hormiguita, consolida su posición entre los seis mejores. Partido con más prudencia que juego y más miedo que ocasiones. El equipo malagueño está en pleno y que solo tiene dos puntos de ventaja sobre el Sanse, la frontera del descenso. Los ovetenses, por su parte, detienen su racha de seis victorias consecutivas pero llevan nueve jornadas sin perder y están entre los seis mejores.

El Málaga salió acelerado tras conocer que la Real Sociedad B, tras ganar en Fuenlabrada, le soplaba en el cogote. Para afrontar este reto, Pablo Guede introdujo algunos cambios. No sorprendió el banquillazo a Peybernes a quien el técnico no vio como idóneo para ejercer como policía de Borja Bastón. Pero si fue llamativo el estreno del filial Víctor Olmo en el costado izquierdo en lugar de Brian Cufré.

El Oviedo, con una propuesta reconocible donde solo faltaba Lucas, salió controlando el balón. El Málaga tensaba su presencia con juego en corto y apostando por los centros desde la izquierda de Vadillo, el único capaz en 45’ de chutar entre los tres palos, a los 32’ pero sin poner en verdaderos apuros a Femenías. Bastón, bien sujetado por Escassi y pitado por la que fue su afición en 2017-18 buscaba su momento. Sekou ni siquiera lo encontraba pese a su buena voluntad por ser generoso en la presión y con el juego de espaldas. Tampoco desbordaban Borja Sánchez y Viti, las avispas de Ziganda. Febas, más abeja obrera que reina, no proyectaba su iniciativa de talento y los porteros apenas trabajaban. Los 21.834 espectadores que poblaron la grada (no se superaron los 22.128 del 22-11.2021 contra Las Palmas) no