El Lugo invita a su fiesta a un Fuenlabrada que está de luto

Tal vez cuando estén leyendo esto, estimados lectores, el Lugo ya sea matemáticamente un año más equipo de Segunda. Si en la noche del viernes el Almería ha logrado doblegar a la Real B, el partido entre albivermellos y azulones habrá perdido el único aliciente que le quedaba en lo clasificatorio. Aún así, los de Albés tienen ganas de celebrar que la próxima temporada sea la undécima de los del Anxo Carro en Segunda, un hito que parece que se ha normalizado pero que a tenor de las cifras, la masa social y las en la casa rojiblanca, es poco menos que un pequeño milagro. El hecho de que se pueda conseguir sin excesivo sufrimiento aporta un plus en la columna del haber de un equipo que agradece algo de calma tras tres temporadas de zozobra .

Pero también puede darse el caso de que el Lugo necesite ganar al Fuenlabrada para sellar la permanencia con antelación. En ese caso Albés prepara un equipo que se puede considerar de gala, basado en la premisa de que no se va a celebrar nada hasta que no se tenga bien amarrado. Se espera también que el equipo eleve sus prestaciones al respecto de un final de campaña en el que el tono general ha decrecido cuando se ha visto el objetivo virtualmente en la mano. , pero no sería adecuado que la celebración de la permanencia se emborronase con un final a la baja.

Mientras, el Fuenlabrada llega ya descendido. Una con un peor final en el que los de Sandoval han encajado siete derrotas consecutivas. Encima están las bajas con las que los azulones llegan a esta cita. Lesionados de larga duración, Bouldini y Tachi sancionados y el caso de Ibán Salvador, que además de estar lesionado desde hace meses logró ser sancionado por cinco partidos por «insultos, ofensas y actitudes injuriosas», como recoge