El librillo de Xavi venía con sorpresas

Juan Jiménez

Mercado. Por ningún lado del teórico manual de instrucciones de Xavi aparecía este retrato-robot de sus primeros fichajes como entrenador del Barça. Donde todo el mundo podría imaginar futbolistas de creatividad o talento puro en el uno contra uno, el técnico se ha fijado en el nivel físico de Adama en la presión y en el entendimiento táctico de Morata para entender la salida de las defensas rivales (así se lo hizo saber en una llamada telefónica). Sumado eso al fichaje de Alves, que persigue experiencia y espíritu ganador en el vestuario, hay expectación por saber qué foto quedará del Barça para lo que resta de temporada. El fichaje estrella, sin duda, es Ferran Torres. «La excepción», lo llamó Mateu Alemany, después de pagarle 55 millones de euros al City; y ya veremos si «la esperanza» si cumple las expectativas. El resto, especialmente si finalmente llega Aubameyang, con 32 años ya y un expediente algo conflictivo, y no Morata, apenas serán remiendos.

Inquietud. Se viven días de cierta frialdad en el Barça, que reparte su actualidad entre el mercado, ensuciado además con el feo asunto de Dembélé (desde el club se ven capaces de resolverlo antes del lunes por la noche después de una gestión discutible), el jugoso asunto del patrocinador principal de la camiseta y del naming-rights que, al parecer, esta vez se ha saltado todas las reglas de la confidencialidad si se confirma Spotify; y el famoso Forensic en el que Laporta (veremos qué explica el martes, curiosamente el día que habría que hacer balance del mercado de fichajes) le ha mandado la patata caliente a la Fiscalía para que se arregle. Pero la frialdad tiene que ver con los desangelados partidos de un equipo que en dos semanas ha perdido dos títulos;