Debates abiertos en el Madrid

Javier Sillés

En el Madrid no claudica nadie. Al menos los que esperan con mínimas esperanzas ganarse un hueco en el once de la Champions. La pasarela hasta París, salpicada de partidos intrascendentes como el del Cádiz, invita a la reflexión en el Madrid. Algunas con perspectivas de futuro. Parece incuestionable el hecho de que Rodrygo es todavía mejor jugador en la izquierda. En esa posición su fútbol resulta más natural y elocuente. El brasileño se vale de la diagonal hacia dentro, la ocupación de espacios interiores y la asociación en pocos metros para aumentar su peso en los partidos. En la derecha está más acotado, aunque su virtud en el desborde le permite despuntar y, sobre todo, su sentido del desmarque en el área le hace ser determinante. En cualquier caso, el momento álgido de Rodrygo en este final de temporada compromete (para bien) a Ancelotti. Se hace difícil pensar que en este estado de forma pueda prescindir de él de inicio ante el Liverpool, aunque todo apunta a que será así. Como revulsivo ya ha corroborado su valía.

Otros casos también llevan al debate de cara a París. Militao anda disperso, como antaño. Ante el Cádiz se le pilló en demasiados renuncios. No midió la anticipación, estuvo indolente en los despejes y equivocó varias lecturas defensivas. Fue una tarde de regalos. Nacho, en cambio, siempre está ahí. Con más fuerza aparece la candidatura de Camavinga en la medular. La dimensión física del francés, cuya combinación con la de Valverde ha hecho tanto bien al Madrid en las épicas remontadas, ensambla con la carta de naturaleza del Liverpool. Casemiro y Kroos no están finos, como se volvió a quedar patente ante el Cádiz. Las pérdidas y la limitada pujanza de corrección del brasileño pusieron al