De la cantera del Betis a romper récords de precocidad

Dicen de él que su talento y su carácter competitivo era considerable con apenas 6 años. Tanto, que su primer entrenador, Manuel Vasco, en el club La Liara Balompié, de Los Palacios (Sevilla) se apresuraba a vaticinar: «A este en unos años le veréis en Primera División. De pequeño ya jugaba con los cordones desabrochados, la lengua en la mejilla y no sabía perder. Hacía cosas que no eran normales con seis años», se atrevía a decir Manuel Vasco. Rey de la precocidad. Todavía no tiene 18 años (los cumple en agosto) y ya ha derribado unos cuantos récords.

Faltó una década para que el presagio de Manuel Vasco se hiciera realidad. Porque nuestro futbolista misterioso fue dando pasos de gigante a toda velocidad, impulsados por su calidad y por su arrojo. Los mismos que hicieron que el Betis se fijara en él. Fue destacando en todos los torneos en los que jugaba y no tardó mucho tiempo en llamar la atención del Barcelona. Tenía solo 10 años y su nombre ya figuraba en las secretarías técnicas de los grandes clubes españoles. Después de un torneo en El Algarve, el Barcelona, en lucha con el Real Madrid y el Atlético, lo captó.

Después de fichar por el Betis, su padre, dedicado siempre a la hostelería, empezó a trabajar en la lavandería del Betis. Cuando el chaval fue reclutado por la cantera del Barça, cuentan que les dijo a sus padres: «No hace falta que viváis conmigo en Barcelona. Yo me quedo solo en La Masia». Compartía habitación con otro sevillano, Juan Larios, ahora en el Manchester City.

Su debut bajo las órdenes de Ronald Koeman se produjo el 29 de agosto del 2021, en un Barça-Getafe correspondiente a la tercera jornada de Liga, con 17 años y 24 días. Se convertía en el cuarto jugador más joven de la historia azulgrana que