COPA DEL REY (CUARTOS) | ATHETIC-REAL MADRID Los Williams son la gran amenaza en La Catedral

La imagen de Iñaki Williams indicando a su hermano pequeño Nico que no se descolgara la medalla de subcampeón de la Supercopa en Arabia, precisamente a manos del Real Madrid, se hizo viral. De inmediato, el menor de la saga le obedeció y se recolocó sobre el cuello la cinta. Un ejemplo de la protección y la influencia que supone Iñaki para el recién llegado al Athletic.

Ambos saldrán hoy soñando con la semifinal. Iñaki está siempre pendiente de su hermano en cada sesión de Lezama. Le mira de reojo, le sonríe y compite con él en los esprines que a veces ensaya Marcelino García Toral sobre el tapete del Campo 1. El sueño del delantero del Athletic, generación del 96, era coincidir en el primer equipo con Nico (2002) más pronto que tarde. Ya el curso pasado debutaba en Primera y esta campaña es casi titular como extremo derecho compitiendo por el puesto con Berenguer.

En Arabia, Nico fue letal ante el Atlético en la semifinal celebrada en Riad, marcando un gol que dedicaba a su madre, María Arthuer, la luchadora que pasó penurias para emigrar desde su Ghana de origen y criar a sus hijos a caballo entre Bilbao y Pamplona.

Las comparaciones son odiosas entre ambos. Iñaki es veloz y desequilibrante, un titular indiscutible al que el Liverpool estaba dispuesto a poner encima de la mesa su entonces cláusula de 88 millones, antes de que el Athletic lo blindara en 135 hasta 2028. Nico, que suma más de diez partidos oficiales, se distingue por su regate, velocidad y descaro para encarar a su par. A todo un Jordi Alba le superó ante el Barça, como si estuviese en el patio del colegio.

En las instalaciones de Lezama eran ya famosos dos chicos denominados ‘los Nicos’, Williams y Serrano, formando la pareja de extremos del Juvenil de Honor