Chelsea Pitch Owners, los guardianes de las esencias 'blue'

El Chelsea no podría seguir siendo el Chelsea sin sus aficionados más fieles y sin Stamford Bridge. No es una cuestión sentimental. No todo el club es (o era) de Roman Abramovich. La propiedad del estadio y los derechos del nombre del club pertenecen a Chelsea Pitch Owners, una compañía en la que se agrupan más de 13.000 aficionados que son los encargados de salvaguardar que el Chelsea sigue siendo el Chelsea. Ellos garantizan la pervivencia indisociada de dos de los elementos más importantes de su identidad: el nombre Chelsea FC y el estadio donde durante años se han ido construyendo los sueños de los aficionados blue.

La idea de desligar estos dos elementos de la estructura patrimonial del club data de otra crisis hace tres décadas. A finales de los 80 Stamford Bridge pudo correr la suerte de otros estadios europeos y ser demolido para construir edificios residenciales. La caída del mercado inmobiliario frenó aquellos planes. Una victoria para los aficionados. Ese triunfo se debe a Ken Bates. Después de adquirir el club en 1982, el empresario (quien años más tarde traspasó el club a Abramovich) peleó para evitar la venta de los terrenos del estadio, que eran parcialmente propiedad de una inmobiliaria. Después de la quiebra de esta, orquestó una operación para que toda la propiedad del campo quedara en manos de los aficionados. Así nació en 1993 el Chelsea Pitch Owners (CPO). El club vendió el estadio a esta compañía, a la vez que le dio un préstamo para poder financiar esa adquisición. El crédito, del que quedan por amortizar unos ocho millones de libras (nueve millones y medio de euros al cambio) deben devolverlo hasta el año 2196 mediante una parte del importe que recaudan de la venta de acciones y el club gestiona en