Camavinga, revulsivo energético
Corría el minuto 58 de partido, cuando Kylian Mbappé (23 años) estaba siendo tratado en el área madridista tras una caída en dura pugna con Alaba (29), cuando Carlo Ancelotti decidió realizar sus dos primeros cambios. De esa manera, Eduardo Camavinga (19) y Rodrygo (21) ingresaban en el terreno de juego por un Kroos (32) algo renqueante (salía de lesión) y un desacertado Marco Asensio. Rápidamente se dirigió a Modric. La orden era clara: Valverde y él formarían un falso doble pivote (el uruguayo tenía libertad de movimientos), con Rodrygo y Vinicius en las bandas. El croata quedaba liberado para actuar en la mediapunta, justo por detrás de Benzema. Apenas tres minutos después, Benzema abría el marcador tras recibir el balón de Vinicius.
La entrada del joven centrocampista francés fue clave en el triunfo madridista. Su energía, junto a la de Valverde, liberando a Modric, hizo que el equipo se estirase en el terreno de juego, subiese la presión en las inmediaciones del área del PSG, y el agobio fue in crescendo en torno a la meta de Donnarumma. Conforme fue avanzando el tiempo y Camavinga se fue asentando cada vez más, la presión en el bloque alto de los madridistas fue haciéndose cada vez más y más presente.
En los algo más de los 37 minutos que disputó, Camavinga sólo tuvo un fallo a la hora de dar pases: dio 15 de 16 pases (un acierto del 94%, sólo le superó Kroos, 49 de 50). Sus pases buscaron las bandas (tanto Rodrygo como Vinicius recibieron cuatro balones del francés), cometió una falta y recibió otra, pero sobre todo se le vio muy acertado en la toma de decisiones. Poco a poco, Carlo Ancelotti, uno de los mejores centrocampistas en la década de los 80, va moldeando al joven talento francés. Un futbolista que llegó en