Cabeza y corazón: Carlos Alcaraz toma la palabra y nos hace vibrar con su esencia
Claves para entrenar una mente ganadora.
No hizo falta sufrir en la final. Ya lo hicimos sobradamente en cuartos y semis contra Rafa Nadal y Novak Djokovic, respectivamente. Carlos Alcaraz -Carlitos, por lo de joven (recién ha cumplido 19)- no ha tomado el relevo, no. No será el próximo Rafa Nadal. Será algo mucho mejor: será Carlos Alcaraz, como ha dejado claro a lo largo y ancho de todo el Mutua Madrid Open. Ha tomado la palabra.
Por mucho que insistan en ver maneras y formas de Nadal, Nadal es Nadal, y quizá deberíamos no jubilarle antes de tiempo, a tenor de la temporada que lleva sus espaldas. Pero pongamos el foco en el protagonista del fin de la semana: Alcaráz está marcando su propio camino y eso es lo mejor de todo. Tiene su propia fórmula, sus propias genialidades, sus gestos y, por supuesto, sus propios errores. Y esa es la mejor noticia de todas.
Carlos Alcaraz es joven y -como pronostican quienes más saben- no se atisba aún el techo capaz de frenar su ascensión. El secreto no es secreto, es más bien lógica: trabajar mucho y disfrutar, como dijo al concluir el partido contra Alexander Zverev. Hoy vamos a analizar las siete cualidades que lo distinguen y que lo convierten en firme a candidato a ser lo que él quiera: número uno del mundo. Y lo que queremos todos: que marque su propia época.
Riesgo
Si vamos a jugar, vayamos a por todas. El estilo de Carlos es claramente arriesgado, y si alguien no lo sabía, la semifinal contra Djokovic lo dejó claro. Arriesgar no siempre es sinónimo de acertar, pero si, como demostró en semis, es capaz de leer sus errores y neutralizarlos en el mismo partido, bienvenido sea el riesgo.
Atrevimiento
Muy relacionado con lo anterior. Alcaraz se atreve. Asume riesgos y se atreve a cruzar