Bouldini, el goleador invernal que da esperanza al Fernando Torres

con la complicada misión de aportar goles al segundo equipo menos goleador de la categoría. Hoy, el marroquí suma cuatro tantos con la zamarra azulona y alimenta las pocas, pero crecientes, posibilidades de salvación del equipo de sur de Madrid.

Su solitario gol ante el Málaga de la pasada jornada permitió a los azulones cumplir con el primer objetivo de Sandoval: y superar al Amorebieta. Tantos que valen objetivos, tantos que quizás valgan una salvación. En dicha jugada, Bouldini puso en liza algunas de sus principales características: desmarque y remate. Supo zafarse de Lombán para, después, enganchar con la diestra el centro de Gozzi. Después, el alivio a brazos de Pedro León.

Sucede que Bouldini tiene hechuras de futbolista diferente: 'fuerte' como si un gimnasio fuera su segunda casa y sensible como para celebrar el gol en el hombro de su compañero Pedro León. Su entrenador Sandoval lo reconoce en rueda de prensa: «Moha (como le llaman en el vestuario) es un chico único. Igual se 'pega' con los centrales durante sesenta minutos que casi llora por marcar el gol de la victoria».

Su fichaje sembró de dudas a la parroquia fuenlabreña. La apuesta por Soldano salió errónea y Zozulia ha dejado claro en todo momento que no es un nueve goleador. Por ello, firmar a un jugador del Santa Clara, club de la primera división portuguesa, era algo exótico y erróneo a ojos del aficionado. Sin embargo, Bouldini es la principal baza de salvación de los azulones en este momento. Cuatro goles y la sensación de que él puede echarse el equipo a la espalda.

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